Nocilla, qué maravilla
Mucho se puede contar sobre el estupendo fin de semana
que hemos pasado en Las Navas de Riofrío, en la mítica casa de las monjas, que ha
sido escenario de la salida de invierno de los ekinos. Cada uno se quedará con
algún momento especial, con algún rato agradable, incluso emocionante. En mi
caso, quedará grabada en mi memoria la merienda del sábado por la tarde: cómo
nos abalanzábamos como lobos a por las rebanadas de pan con Nocilla, tras ver que las madres ekinas preparaban otras tantas para sus hijos. Vamos, que
eran tales las ansias que dejamos el bote tiritando. Se nota que nuestras
madres nos daban esas meriendas cuando éramos chicos… o a lo mejor ni nos las daban
y ahora lo que tenemos es un trauma y hay que desquitarse a la mínima
oportunidad.
Como
no podía ser de otra manera (estamos en febrero), nos hizo de todo en Segovia:
a ratos salió el sol, otras veces llovió, también nevó el domingo por la
mañana. O sea, que no nos aburrimos. Eso sí, hacía un frío que pelaba a todas
horas. Menos mal que las monjas nos tenían encendidas las estufas incluso antes
de que llegáramos y en la casa estábamos calentitos.
Silvia,
Juanan y Marimar hicieron la compra de provisiones el viernes por la mañana y
esa misma tarde llegó a Las Navas la primera avanzadilla de ekinos: Silvia y
Juanan, Raquel, Alicia, Marimar, Roci y uno de nuestros nuevos fichajes, Óscar
(las otras dos nuevas incorporaciones fueron Lali y Yeri). Allí pasaron la
noche del viernes al sábado.
Ya
el sábado por la mañana aparecimos el resto de la tropa ekina. Lo primero que
hicimos fue hacer juegos de conocimiento, propuestos por Ana y Juanan, para empezar con buen rollo y a
continuación llegó la hora del almuerzo. Los cocineros, Ángel y Juanan, se
curraron dos paellas riquísimas, que estaban para chuparse los dedos. Nos
dividimos en grupos para preparar las comidas, poner la mesa, recoger los
cacharros y limpiar, y todos tuvimos que hacer de todo, fuimos rotando.
Tras
la comida nos dimos un paseo por los alrededores de la casa de las monjas y
muchos aprovecharon para hacer sus primeras instantáneas para el concurso fotográfico
(con varias categorías) que organizamos cuyos ganadores se conocerían el
domingo.
Tras
la cena (sopa, salchichas y queso) llegó el show “Me resbala” organizado por
Andrea, Teseo y Silvia (con enorme coreografía supercurrada). Todos tuvimos que
hacer de todo, unos hicimos el payaso más que otros y la verdad es que nos lo
pasamos en grande. Para los anales de la historia quedan esos bailes de Teseo
haciendo “break-dance” (la próxima vez le pondremos un casco para los
coscorrones). Y luego a la cama, es decir, a los sacos.
Tras
el desayuno del domingo por la mañana hubo reunión ekina y al acabar llegó la
elección de los ganadores del concurso de fotografía, con gran participación de
todos los ekinos. Los vencedores se llevaron como premio un estuche muy cuco con
bolis dentro.
Después
del concurso nos pusimos a comer macarrones con tomate y queso rallado (bien
otra vez por Juanan y Ángel) y tras el almuerzo nos pusimos a recoger para
preparar el retorno a casa.
Antes de marcharnos, los
3 nuevos (Yeri, Lali y Óscar) pusieron el broche de oro con sus mejores
discursos para ganarse la camiseta ekina y a continuación Yeri ofreció uno de
los momentos más artísticos de todo el fin de semana: se puso a cantar a capela
y a más de uno se nos pusieron los pelos como escarpias (o se nos escapó alguna
que otra lagrimilla). El mejor final para un finde inolvidable.Autor: RAFA GARCÍA.
Editora y fotógrafa: ANA LINARES.