“Se me ha clavado un
búmeran en el ojo”
Con esta memorable frase del gran Teseo en el Parque de
las Tetas de Vallecas (no hubo que llevarle a urgencias) culminó la salida del
24 de noviembre de EKI, que incluyó visita al Museo de los Bomberos y almuerzo
en Burger King.
Gran parte de los ekinos nos desplazamos a Vallecas desde
Leganés en Cercanías. Con otros ekinos (Ángel, Lourdes, Belén, Alicia y Galto)
quedamos en la Plaza de la Asamblea de Madrid y desde allí nos desplazamos
andando hasta el Museo de los Bomberos. Entre medias pasamos frente al Estadio
de Vallecas del Rayo Vallecano, que ese domingo jugaba allí ante el Espanyol.
Algunos intentamos entrar dentro del estadio por una puerta que estaba abierta
pero un guarda jurado nos lo impidió, así que nos tuvimos que conformar con
hacernos fotos desde fuera.
Otro
importante elenco ekino llegó un poco después al museo por sus actividades
deportivas (el fútbol sala de Jorge, el atletismo de Teseo, el frontón de
Juanan) y ya dentro del recinto nos juntamos todos. En el Museo de los Bomberos
se podían ver coches antiquísimos (hasta del siglo XIX), todo tipo de trajes,
bombas y aparatos, así como escaleras y utensilios de los últimos 200 años.
Todo esto se completaba con fotos e incluso recortes de periódicos. Aquello
parecía una máquina del tiempo y te dabas cuenta de la importancia que el
Cuerpo tiene en la vida social pese a que a veces su abnegada labor no sea
suficientemente reconocida.
Hubo
ekinos que se atrevieron a enfundarse el traje de bomberos (a Alicia le quedaba
especialmente bien) y otros se hicieron fotos graciosísimas en recortables de
bomberos.
Tras
una hora en el museo y las pertinentes fotos para el álbum ekino, nos dirigimos
a un centro comercial próximo y decidimos que podíamos comer en un Burger King.
Así que poco después asaltamos la hamburguesería, que en gran medida se llenó
gracias a nosotros.
Después
del almuerzo nos dirigimos al Parque de las Tetas, desde donde se podían ver
unas imágenes de Madrid desde lo alto realmente espectaculares. Míticas fueron
las subidas de Carmen Cuadros, que con la ayuda de varios ekinos consiguió
llegar a la cima de las colinas. Tras haber disfrutado de vistas privilegiadas
llegó la reunión ekina mientras los más jóvenes jugaban y pasadas las 6 de la
tarde se dio por concluida la memorable jornada ekina.
Muchas gracias por el artículo a nuestro ilustre cronista RAFA.